lunes, 6 de abril de 2009

Adherida al silencio


Y se fue adheriendo como si se tratara de una esponja marina. Callada, seca de palabras, misteriosa en su forma y dejades.


Llamo al viento para que le hiciera compañía. Ella hubiera copiado cada pétalo del jardín con la gracia de sus manos, transfiriendo las imágenes al mantel.


Las velas se consumieron con un fuego suave, dejando pequeños círculos que pretendían ser lágrimas, lágrimas antiguas llenas de polvo, ahora solo modificaban la puesta en escena para la noche que nunca fue, para el festejo que nunca hubo.


Ella termino de aferrarse a su piel deformando sus senos, aplastando los latidos crónicos de aquel triste y desolado corazón.




® Verónica Petek

No hay comentarios: