lunes, 6 de abril de 2009

TREN VACIO


Esta gran noche de la que son presos mis días,
ha tejido ensortijados caminos.
Soy conciente de las eléctricas palmas de la noche,
de las escurridizas sombras de la mente.
Voy guardando las palabras, alargando los silencios
hasta convertirlos en noches y días completamente iguales.
Atravieso las rendijas del oscuro pensamiento sin identificar la luz.
Este gran sueño decía, el transportador de vida,
va durmiéndose en la falda de la espera
alejándome de lo real, de los hechos,
de las pupilas húmedas que me buscan sin respuesta.
Esta constante flotación entre paredes,
que acaso ya ni siquiera es solo mía,
ha mutado el espíritu del hombre destrozando su corazón infante.
Esta impúdica ceguedad de las pupilas
que solo ven a la espera como un largo tren vacío.


© Verónica Petek

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