lunes, 6 de abril de 2009

De la incertidumbre y otras cosas




Camina el silencio dormido de mis pasos,
vaga entre la sobra del vaso y la soberbia del que se llamaba vino.
Aspereza esa, de la boca sin producir saliva.
Sonambulismo ese, de los ojos fijos, muertos en el piso.

Distorsión recurrente de la imaginación en la noche alterada
Tú tienes la culpa soledad!
Tú que no me dejas, que no te escapas, que no saltas al vacío y te quedas ahí mirando fijo detrás de la cortina.

Tres vueltas tiene la cadena que me adorna
Dos cierres, una llave y la canción que aflora de los labios secos.

Busco en la oscuridad de un estante el frasco de cordura matutino que debilita este síntoma de valentía que ahora llevo dentro

© Veronica Petek

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